“La Planeación a largo plazo no es pensar en decisiones futuras, sino en el futuro de las decisiones presentes”.
Peter Drucker
Cuando se trata de emprender, uno de los pilares del éxito es la Planeación Estratégica. Esto, que aparenta ser un asunto obvio, no parece resultar algo importante para algunos emprendedores.
De acuerdo con Carlos T. Wagner, autor del libro Planeación Estratégica Social (2012), los latinos somos creativos e ingeniosos, pero también pecamos de indisciplinados y poco metódicos. La razón de lo anterior es que preferimos reaccionar antes que planear, y corregir antes que prevenir. Suponemos que como la realidad supera siempre los planes, planear implica una pérdida de tiempo, y por lo tanto es mejor improvisar.
Tememos que el entusiasmo invertido en nuestros proyectos pueda enfriarse cuando nos sentamos ante una hoja en blanco a “echar números”. Además, la mayoría de las veces la Planeación Estratégica requiere una capacidad de crítica y autocrítica que exhibe las deficiencias de nuestros proyectos, por lo que preferimos evitarla.
Pero, si tenemos claro que la Planeación Estratégica es un proceso que permite actuar y tomar decisiones de forma eficiente, veremos que es una gran ayuda para fortalecer la filosofía institucional, además de que apoya a nuestra organización en el logro de nuestros objetivos. Al tratarse de una acción reflexiva anterior a realizar cualquier tarea o labor que pretendamos emprender, ahorraremos tiempo, dinero y esfuerzo.
Algunos de los beneficios de planear son:
- Permite orientar los esfuerzos sobre las actividades importantes de nuestra organización.
- Evita crisis imprevistas y nos prepara para reaccionar en caso de que se presenten.
- Identifica nuestras fortalezas, ayudándonos a explotarlas.
- Nos ayuda a reconocer aquellas responsabilidades que podamos delegar.
- Mejora nuestra toma de decisiones al ofrecernos un panorama sobre nuestra organización.
- Nos ayuda a establecer metas y objetivos bien definidos.
- Promueve la cooperación del equipo de trabajo.
- Nos ayuda a adaptarnos a las condiciones cambiantes de nuestro entorno.
- Mide y evalúa el desempeño de nuestra empresa.
- Reduce el riesgo, la incertidumbre y la inseguridad.
- Fortalece y controla la operación económica evitando los gastos innecesarios.
Debemos tener claro que la Planeación Estratégica no garantiza por sí sola el éxito, no es la solución a todos los problemas de nuestro emprendimiento, pero sí nos proporciona los elementos que nos allanen la ruta al éxito y a la permanencia.
El proceso de Planeación Estratégica puede aplicarse no solo a empresas que van empezando, sino también a empresas constituidas y que requieren fortalecerse.
Una vez que desarrollemos nuestro Plan Estratégico, debemos tener en cuenta que no se trata de un documento monolítico, una característica primordial es su capacidad de adaptación, por lo que debe revisarse periódicamente para llevar a cabo ajustes que nos permitan obtener los resultados que buscamos.
Para lograr la efectividad de un plan estratégico, es necesario que todos los miembros de nuestra empresa participen en el desarrollo y en su implementación. La visión particular que aporta cada uno nos permite acercarnos a las necesidades específicas de cada área. De esta forma, todos los colaboradores son corresponsables de los logros, ayudan a innovar y a aportar, al tiempo que comparten los reconocimientos y los beneficios que nuestra empresa pueda alcanzar.
Si estás interesado en profundizar en el tema, te recomiendo el libro: Cómo aplicar la planeación estratégica a la pequeña y mediana empresa (2017), de Joaquín Rodríguez Valencia, Editorial Cengage Learning.
Enfócate en planear más estratégicamente mientras tu asistente virtual realiza tareas administrativas por ti. Agenda una llamada y descubre cómo hoy.
Por: Andrés Mayo Góngora