Trabajo y quiero poner mi negocio, ¿qué hago?
A lo largo de nuestro camino en Octhopus hemos escuchado de los emprendedores lo mucho que les costó dejar su empleo para iniciar su propio negocio. No es una decisión fácil, pues la apuesta consiste en ver funcionar un negocio contra la idea de tener la seguridad de un salario seguro mensual.
Sin embargo, poner un negocio propio es una idea que emociona y que suele pasar por la mente de la mayoría de nosotros, y aunque muchas de las veces no estamos dispuestos a dejar nuestro trabajo todavía, ¡la idea de empezar un negocio nos entusiasma! Es aquí cuando surgen ciertas dudas y nos hacemos preguntas como: ¿Y si me arrepiento de haber renunciado? ¿Cómo sé si estoy list@? ¿Cómo podré financiar un negocio propio? ¿Qué pasará con mis gastos fijos? ¿Valdrá la pena el riesgo?
Este tipo de preguntas pueden llegar a frenar el sueño de emprender, y antes de que este sueño se anule, hoy te invitamos a enfrentar estas dudas haciendo frente, en primer lugar, a la motivación que tienes para poder dejar tu empleo y comenzar tu emprendimiento. ¿Por qué deberías dejar tu trabajo para montar un negocio? La respuesta es sencilla: sigue tu pasión, sí hay algo mejor para ti.
En nuestra experiencia personal, hay tres grandes razones que entran en juego a la hora de dejar atrás la vida laboral:
- Poder recuperar el control y diseñar tu estilo de vida. Puede que no parezca mucho al principio, pero cuando lo analizamos más detenidamente, ¡esta idea lo significa todo! Somos muchos los que deseamos poder decidir el horario de nuestros días/semanas o tener cierta libertad, en lugar de que nos digan exactamente en cuánto tiempo hay que terminar cada tarea antes de pasar a otra (o quedarse atascado). En la mayoría de los casos, estos deseos provienen de querer menos estrés o ansiedad, propios de un empleo fijo.
- No me gusta el trabajo que tengo. No sentir que tu trabajo es valorado puede crear un mal ambiente. Si las tareas que realizas cada día no te interesan ni te entusiasman, probablemente tampoco será divertido trabajar allí y esto se refleja en el rendimiento. Somos una sociedad que valora mucho los logros individuales, pero un ambiente tóxico puede crear insatisfacción y llevar a algunos empleados a dejar su trabajo antes de tiempo.
- Quiero aportar valor al mercado. Cuando apostamos por nuestro propio negocio es porque queremos darle a nuestros posibles clientes nuevas soluciones a sus problemas y ésta es una razón suficiente para aportar valor al mercado. Existen muchas oportunidades a nuestro alrededor y cuando sabemos que podemos ser muy buenos en algo, ofreciendo soluciones que no han sido cubiertas en el mercado, entonces con certeza podemos activar el potencial de nuestro emprendimiento.
Una vez que hemos detectado la motivación principal para emprender, creemos que puedes tomar la decisión de hacerlo, y aunque puedas tener miedo a arriesgarte (lo cual es completamente normal y válido) queremos que sepas que emprender no requiere que seas un (a) loco (a) e intrépido (a) tomador (a) de riesgos: requiere un plan honesto que tenga en cuenta tu realidad.
Por eso, queremos darte nuestros consejos para que empieces a diseñar tu emprendimiento, mientras continúas en tu trabajo actual, y así verás que dejarlo se convertirá en la decisión más fácil que hayas tomado nunca. ¡Con un plan claro, y las acciones correctas tomadas paso a paso para crear ese ambiente perfecto para el éxito, dar el paso hacia adelante será mucho más fácil!
Se puede ser emprendedor y empleado
Hay mucha variedad en lo que respecta al mundo del trabajo y a ser emprendedor. Algunas personas son más aventureras que otras, y pueden arriesgarse más a montar un negocio, y otras se detienen mucho a pensarlo, pues quieren asegurar su futuro. Sin embargo, una cosa es cierta: independientemente de lo que elijas, tu viaje estará lleno de oportunidades, y creemos que siempre tendrás la oportunidad de emprender, aún teniendo un trabajo fijo en el momento, así que, ¿será posible combinar estos dos mundos?
La respuesta más inmediata sería no, pero hoy en día hay muchas personas que en realidad ya lo están haciendo, y la razón es porque saben lo importante que es asegurarse de que una de sus actividades les proporcione ingresos seguros, ya que entienden la importancia y el valor de tener una fuente adicional para el éxito de su futuro negocio, así que no te sientas abrumad@, sí puedes tener un empleo y emprender al mismo tiempo.
El mundo del trabajo está cambiando. Las viejas formas de pensar sobre los empleados, los empresarios y los negocios tienen limitaciones en esta nueva era en la que se necesitan personas con diferentes habilidades para ambos conjuntos de funciones, así que creemos que podemos mantener un buen equilibrio entre la vida profesional y la vida de un emprendedor.
Así, la clave del éxito para ti será la paciencia. Tienes que estar dispuest@ a aceptar el hecho de que tus inversiones o ahorros pueden tardar en dar frutos, por lo que quizá podrás combinar ambas actividades para conseguir el máximo ahorro a tu capital, de esta forma, si una no funciona, tendrás otra.
Por otro lado, no te desesperes con tu actual empleo, haz bien lo que hay que hacer hoy y trata de alcanzar la excelencia en cada tarea que se te presente. Mantén una actitud positiva ante los retos y sé paciente; esto ayudará a impulsar tu crecimiento cuando llegue la hora de dedicarte al 100% a tu propio negocio.
1. Todo comienza planeando
Para comenzar a navegar en este nuevo mundo del emprendimiento, lo más importante es que planees bien lo que viene para ti y tu negocio. Poner en marcha un negocio puede ser difícil y llevar mucho tiempo, y es fácil que como emprendedores se cometan errores, sobre todo cuando se inician en su campo de trabajo o nunca han hecho algo así antes.
La mejor manera de superar estos momentos de incertidumbre es seguir algunas reglas sencillas que pueden ayudarte a evitar cometer costosos errores y esto consiste en: evaluar tu negocio, definir metas y objetivos, y elaborar un plan de acción para tu emprendimiento.
También hay que pensar en el modelo de negocio en detalle antes de iniciar tu proyecto. Recuerda identificar a qué clientes se dirige tu negocio, qué parte del mercado representan y qué segmentos serán más rentables. Lo siguiente en esta lista sería identificar propuestas de valor para tus productos o servicios, para que en su momento identifiques estrategias que te ayuden a convertirlos en fieles seguidores. Este tiempo será importante para que puedas establecer todas las directrices de tu negocio.
Y finalmente, recuerda no tomar a tu negocio como un hobby, la combinación de trabajar en un empleo durante un tiempo antes de iniciar tu propio negocio es la mejor manera de aprender en qué eres realmente bueno y generar un capital para tu negocio, así que de ninguna manera se trata de un entretenimiento; si no piensas en el desarrollo de tu emprendimiento podrás perder todo el esfuerzo que hayas invertido.
2. Identifica la idea de tu negocio y valídala
Cuanto más precisa sea tu idea, mejor. Esto significa escribir todas sus partes y asegurarse de que encajan como las piezas de un rompecabezas, y no como ideas que flotan por ahí sin ninguna dirección o motivación concreta. Hazte preguntas como: ¿por qué es importante este paso? ¿Qué objetivos o problemas resuelve? ¿Qué le aporto a la sociedad con esta idea?
Puedes escribir la misión de tu negocio para saber cuál es el propósito de tu emprendimiento, y te aconsejamos que en una hoja de papel puedas escribir lo siguiente:
Mi negocio ayuda a (clientes) a (resolver un problema o necesidad) a través de (la solución que ofreces).
Cuando puedas escribir este primer borrador de tu misión entonces la idea de tu negocio estará claramente definida, y recuerda que una de las mejores formas de saber si tu idea funcionará es validarla a través del uso de la investigación, encuestas, entrevistas al mercado potencial, etc.
También te recomendamos que lleves a cabo un "Producto Mínimo Viable" pues es la mejor herramienta para poner a prueba tu idea de negocio y consiste en hacer un prototipo del producto o servicio que quieres lanzar, con las funciones mínimas que te permitan presentarlo a tus clientes potenciales y comprobar su interés por el mismo.
De esta manera puedes recopilar información relevante sobre el grado de aceptación del producto y así tener una visión más amplia acerca de tu negocio.
3. Identifica tus objetivos financieros
Como último paso te aconsejamos que no pierdas de vista tus objetivos financieros y que establezcas el tiempo que necesitas esperar hasta tener ingresos estables de tu negocio, o lo suficiente de capital ahorrado para sostener tu negocio, y es importante que no te rindas hasta que tu negocio te proporcione unos ingresos que sustituyan tanto al salario como a los ahorros, o que al menos te proporcionen entre 3 y 6 meses de tranquilidad.
Para tener éxito en esto, hay que fijar un objetivo claro: ¿cuál sería la cantidad mensual que genera tu negocio por encima de lo que ganas como emplead@? Este deberá de ser tu objetivo. Para que hagas tu trabajo con eficacia, esta cifra tiene que ser concreta, ¡sin margen de errores!
Adicionalmente, tienes que pensar en el porcentaje de ganancias que te permitirá dar ese salto, por ejemplo si trabajando 4 horas al día en mi negocio genero el 60% de mi sueldo actual, entonces es probable que al dejar mi trabajo y dedicarme por completo a mi negocio logre reemplazar mi salario mensual. Haz este tipo de ejercicios y crea estrategias para saber cuánto esfuerzo y tiempo tienes que invertir en tu negocio, y en qué plazos podrás ir alcanzando estos objetivos.
Con todo lo anterior, podrías poner en marcha tu negocio mientras estás trabajando aún como empleado, como un salto de fe, pero nunca olvides que no puedes salir y empezar tu negocio sin pensar ni planificar. Necesitas clientes antes de pensar en generar ingresos mensuales, lo que también significa poner en marcha sistemas para que cuando empieces a trabajar en tu proyecto vayas cumpliendo tus objetivos financieros de a poco.
Conclusión: Comienza la transición
Finalmente te recomendamos que en este proceso pienses en buscar apoyo para delegar aquellas tareas que no podrás asumir personalmente pero que alguna sinergia, colaboración e incluso servicio de freelance pueda hacer por ti. Existen opciones como asistentes, agencias o profesionales que pueden comenzar a hacer equipo contigo con un mínimo de inversión.
Con todo lo anterior, estamos seguros de que puedes dar el salto hacia tu emprendimiento, conservando tu empleo actual. Con el enfoque adecuado y un poco de planificación, puedes hacer que esta transición hacia la propiedad de un negocio sea tranquila. Te compartimos la lección central que hemos aprendido en nuestro propio camino emprendedor: no es necesario asumir ningún riesgo para que tu viaje empresarial tenga éxito. De hecho, a menudo hay recompensa más que suficiente sin tener que someterte a lo que podría acabar siendo una experiencia insatisfactoria.
Cuando pensamos en iniciar nuestros propios negocios desde cero, o intentamos algo nuevo fuera de un empleo cotidiano de 9:00 a 17:00, es fácil ponerse nervioso porque inevitablemente todo parece incierto a primera vista; pero recuerda que todas las cosas parecen imposibles hasta que se hacen. Esta puede ser una transición natural y tranquila hacia tu propio crecimiento personal.
El camino no es una elección entre conformarse o arriesgarlo todo. También existe la opción de emprender tu negocio mientras trabajas, y dejarlo tranquilamente sin arrepentirte, cuando estés list@.
¡Ánimo y pon manos a la obra en tu emprendimiento!
En Octhopus,
¡te ayudamos a dar ese paso de empleado a emprendedor!
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