Si ya tienes una asistente virtual o piensas contratar una pronto, piensa en grande y sácale su máximo potencial. Lista lo más crítico para ti/ tu negocio. Investiga qué estudió y qué experiencia tiene. Nuestra recomendación es que busques alguien con mayor preparación (por ejemplo, carrera universitaria) para que te ayude a cubrir una mayor cantidad de temas. Sólo esta diferencia te puede ayudar a llevar tu negocio al siguiente nivel.
Cuando pensamos en delegar a una asistente tradicional, generalmente hay tareas básicas que vienen a la mente, como manejo de agenda, email, llamadas telefónicas y reservaciones. Si generas una mecánica más agresiva para delegar, hay una variedad de actividades en las que te puede apoyar. Algunos ejemplos que hemos visto en Octhopus incluyen:
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Todo lo que hace una asistente virtual tradicional. Es obvio que lo mencionado arriba sea lo primero con lo que se empieza a delegar. Adicional a eso, considera investigaciones básicas, registro de gastos y tareas administrativas como elaborar tus presentaciones, facturas, seguimiento en la cobranza, traducciones, trámites y actividades de oficina en general.
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Marketing y redes sociales. Desde el desarrollo de posts para tu blog (o el de tu empresa) y tu boletín mensual, hasta el administrar tus redes sociales, considera cómo tu asistente puede incrementar tu presencia en la red.
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Administrar tus proyectos. Entrégale una lista de todos tus proyectos pendientes y deja que les dé seguimiento hasta que se completen. Una buena asistente virtual se puede convertir en tu mano derecha gestionando a tu equipo de trabajo o a terceros.
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Administrar tu comercio electrónico. Desde administrar tu inventario y tus proveedores, hasta dar servicio a clientes y mantenimiento a tu sitio web, un negocio en base a herramientas sencillas y algo de automatización te permite delegar su operación.
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Servicio al cliente. Una asistente capacitada te puede ayudar a mantener felices a tus clientes al hacer llamadas de seguimiento o contestando llamadas entrantes.
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Eventos. Tu asistente resulta un par de brazos extra cuando de organizar eventos se trata, pues te puede apoyar con la búsqueda de proveedores de los alimentos, local, adornos, invitaciones, incluso confirmar con tus invitados para que ese evento (personal o laboral) sea un éxito sin dejar de lado actividades de tu día a día.
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Crecimiento personal. Si parte de tus propósitos es adquirir nuevos conocimientos o simplemente reforzar los que ya posees, tu asistente puede acercarte a las opciones disponibles en el mercado y con su ayuda comenzar el proceso y hacerte un espacio en tu agenda para cumplir con el programa que decidas tomar.
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Tareas personales. Como diseñar tarjetas de felicitación en cumpleaños, graduaciones, aniversarios y otras fechas importantes, hasta buscar regalos para enviar a tus seres queridos sin que ellos lo noten para que la sorpresa sea aún mayor.
Una asistente virtual te puede ayudar muchísimo, no tengas miedo en delegarle cada vez temas más ambiciosos. No olvides proporcionarle retroalimentación constante para que cada día haga las actividades como a ti te gustan y como tengan mayor impacto en lo que buscas.