Con esta precisión, Bárbara Rettig define la figura y la labor de un asistente virtual. Sus años de experiencia formando parte del equipo de Octhopus le permiten hablar con conocimiento de causa. Y va más allá:
“El cliente ideal es el que tiene muy claro las tareas que necesita delegar, el que te dice: ‘me voy a tomar el tiempo de darte seis directrices, de explicarte cinco cosas y desde ese momento vas a ser una mano derecha’. Mientras mejor defina las tareas, más exitosos serán los resultados que se obtendrán”.
Esta visión colaborativa es lo que mueve el trabajo de Octhopus, un equipo de profesionales enfocados en el crecimiento de las empresas.
Bárbara Rettig, psicóloga de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Directora de Talento en Octhopus, afirma que el compromiso es con las metas de los clientes, por lo que los resultados que se obtienen en cada proyecto son compartidos por el cliente y la asistente, la satisfacción por un buen resultado se vuelve un bien compartido.
Nos cuenta su experiencia al trabajar como asistente virtual: “Uno de los retos a los que me encontré al inicio de mi trabajo en Octhopus fue colaborar con clientes tan diferentes entre sí como un coach, un publicista, un instructor de talleres de sanación, incluso un empresario de la India que hacía negocios en México. El abanico era muy grande, algo que normalmente no ves en un trabajo tradicional, donde te encuentras a un perfil más parecido de necesidades. Aprendí que puedo. Y con lo que no puedo, sé que cuento con la ayuda de quienes forman nuestro equipo, porque tenemos gente muy talentosa, con diversas formaciones y experiencias, con perfiles tan amplios que siempre vamos a encontrar el asistente adecuado para cada cliente. Tú contratas un asistente virtual y cuentas con la experiencia de todo un equipo".
“Los proyectos te enfrentan a diferentes retos que te permiten conocer qué es lo que te gusta y, sobre todo, saber en lo que eres bueno. Cada asignación te dota de aprendizaje, de más experiencia. Esta es una de las particularidades de Octhopus, los asistentes virtuales se asignan de forma que te permita poner todos tus conocimientos y habilidades al servicio del cliente y del proyecto. Así, cada proyecto integra al personal más calificado para llevarlo a buen término”.
El trabajo remoto se ha convertido rápidamente en un sistema de trabajo efectivo, que reduce costos al tiempo que te permite contar con profesionales capacitados sin importar su lugar de residencia. Bárbara es buen ejemplo de esta nueva dinámica laboral. Desde Michoacán, trabaja para Octhopus: “Mi experiencia me ha permitido hacerme cargo del reclutamiento y selección de asistentes virtuales. La empresa ha ido depositando su confianza en mí para que sea yo quien entreviste y capacite a los nuevos talentos que se integrarán a nuestro equipo”.
En Octhopus siempre se tiene la seguridad de contar con los mejores profesionales creando sinergias para el negocio de sus clientes: “Algo muy valioso de Octhopus es la retroalimentación que tenemos en las diferentes reuniones del equipo, ahí compartimos experiencias laborales previas que nos permiten resolver nuevos proyectos. Cuando el cliente lo requiere, podemos compartir las tareas de proyectos complejos, para llegar al mejor resultado posible”.
Finalmente, Rettig expresa su deseo de que cada vez haya más personas descubriendo los beneficios de trabajar con asistentes virtuales: “Me gustaría que cada vez más gente se atreviera a contratar los servicios de Octhopus, y que lo supieran aprovechar al máximo. Me parece que hay un desconocimiento del rol de un asistente virtual. Y es que las posibilidades son infinitas. ¿Quién no quiere tener unas horas más al día? Mucha gente quiere tener más tiempo para su familia, para viajar, para hacer cosas que le gustan. Ahí es donde nosotros podemos ayudar. Los asistentes virtuales somos una herramienta que aporta, no solo mejores resultados en sus negocios, sino también calidad a su vida”.